Cara de perro mojado por llegar tarde. Dejo el taxi en el camino. Nos subimos a otro auto fantasma que nos llevo a entre ruidos de otra especie. Mucha gente, pocas luces, sonrisas en el medio, ojos brillosos, escapes, cervezas con extraños.
Caminar de la mano con el frio que nos acompaña.
Recorrer calles que siempre camine sola y nunca acompañada.
Intentar cenar y que a las doce se acuerde que es un mes mas.
Acostarnos, abrazarnos, que en medio de todo eso, sentirte mal. Y que el se vaya, con el frio, con el viento, con lo que sea a buscar algo que te haga sentir bien.
Que venga, y en medio de la noche te bese, te abrace, un remedio para el dolor, te cuide, te mime, te bese.
Y recordar cada momento, cada instante, por segundos, minutos y horas. Preguntarse los como, los cuando, los quienes y los porque.
Pensar que no fueron solo algunos meses, por mas que asi fue, si no que fueron mas y mas porque todo fue tan intenso y puro.
Pureza universal.
Como la de sus ojos mirandome fijo cuando me despierto, en un domingo que solo pide otra vez muchos besos.
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